viernes, 11 de noviembre de 2011

El Rincón Manchego, barrio de “El Carmen”

Uno se puede perder con facilidad por las callejuelas y los entresijos del barrio de El Carmen. Es uno de los barrios más populares y antiguos de Valencia; franqueado por las Torres de Serrans y la Torres de Quart, se extiende una maraña de callejuelas en la que encontramos muchos bares y restaurantes recomendables. 


Los de “Cañas y charlas” caminamos bajo la lluvia durante un buen  rato antes de encontrar el bar que buscábamos, y la verdad es que al final lo encontramos por casualidad. Al final, paramos en uno muy especial: “El rincón Manchego”, un bar pequeño y de encanto particular que nos ganó tanto por su ambiente como por su comida. Así pues allá va nuestro análisis:  





Francesc y Elías; Bocadillo de sobrasada con queso y cebolla
Este bocadillo, aparte de que me pareció el más apetecible, resultaba ser el “especial del día” así que era más barato, 4,00€ todo incluido. Si bien a la vista el pan pecaba de estar aplastado, el tueste era casi perfecto. La sobrasada excelente y la cebolla como contrapunto dulzón que hacía que el conjunto quedará muy notable. Quedé muy satisfecho. 


Toni; Bocadillo de pechuga con roquefort y cebolla
Aunque en la carta este bocadillo venía con ternera, todavía no había llegado el pedido de esta carne. Reconozco que para mi gusto con el cambio perdía el bocadillo, pero igualmente tenía un exquisito sabor. También he de reconocer que el roquefort es una de mis debilidades por lo cual lo más fácil era que me gustara. Pechuga bien hecha y un pan rico y calentito ¡Muy rico oiga!





Clara; Bocadillo de tortilla de patatas con tomate natural 
Como ya es habitual en mí, elegí un plato sin carne. A este paso voy a hacerme experta en el mundo de la tortilla valenciana antes de que acabe el cuatrimestre. Esta semana ha sido de las mejores, tanto el pan como la tortilla de patatas y el tomate, de sabor muy auténtico y natural. Otra cosa que me gustaría destacar es el ambiente del bar. Tan de Castilla, tan manchego. Las jarras, la decoración,... Todo te hacía viajar a la taberna de cualquier pueblecito perdido.





PUNTUACIÓN: 
Servicio: 8 
Comida: 9 
Variedad: 7 
Ambiente: 8 
Precio: 8 
NOTA FINAL: 8 





Tema(s) del día: 
El debate; Rajoy VS Rubalcaba 
El debate del Lunes 7 de cara a las elecciones generales del día 20 de Noviembre, ocupó gran parte de nuestra conversación. Discutimos cómo había ido, que nos habían parecido las actuaciones de ambos participantes y quién creíamos que lo había hecho mejor (o al menos más aceptable).  


El debate empezó grandilocuente, Campo Vidal presentó el debate en Italiano y en Portugués, olvidándose de lenguas más cercanas a los telespectadores, cómo el catalán, el euskera o el galego. Rajoy atacó constantemente con el paro y la situación actual y Rubalcaba aseguró que la crisis era culpa de la ley del suelo que hizo el gobierno del PP en 2002. Pareció animarse cuándo el candidato del PP acusó a su contrincante de haber inyectado dinero público a la banca, acusación que Rubalcaba contestó negativamente y preguntándole a qué se refería con aquellas acusaciones. Rajoy contestó: “le voy a contestar pero no cómo usted quiere, y es que usted miente” seguido de un intercambio de “si” y “no” muy sensatos y adultos. 

Durante el inicio de la segunda parte se perfilaron las posiciones púgiles que habían adoptado cada uno: Rubalcaba, atacante, más serio y más técnico en su vocabulario. Rajoy con un discurso más directo y plano que llegaba a simplificar las causas de la crisis hasta el punto de resumirla en frases como “Estamos aquí por gastar lo que no tenemos”. 




Hacia el final se vieron claras las estrategias seguidas: Rubalcaba, que se dirigía al líder del PP tal como si fuese ya presidente, adoptó una actitud que parece ser su ensayo para la oposición de la siguiente legislatura. Empezó a hablar rápido y ametrallar preguntas del tono de “¿y usted que hará?”. Mientras, Rajoy, más tranquilo y con sus ojos fijos en sus papeles contestaba “tranquilícese hombre, que no le van tan mal el debate”. 

Cada uno tenía una opinión distinta del debate y aportó sus razones, pero en lo que coincidimos fue la sensación de desazón y cansancio que transmitía. Fue aburrido y tedioso, a ninguno nos pareció que había un “vencedor” y de hecho, más bien pensábamos que los perdedores éramos todos: Por no vernos representados en ninguna de las intervenciones y propuestas, por pensar en la que nos viene encima después del 20N y la más que probable victoria de Mariano Rajoy, por el carácter infantil se sus discusiones, centradas en “yo más” y “yo más aún”, por no escuchar ninguna mención a partidos minoritarios o a la corrupción de la clase y por ver que al final de la corrida, nada nos había aportado, ni uno ni otro candidato. 
Fue un debate de tono “presidencial”, cuándo son elecciones legislativas y no presidenciales, en el que ninguno de los dos candidatos escuchaba lo que el otro tenía que decir, y en el que su presentador era más bien un cronómetro que se limitaba a recortar las intervenciones de sus compañeros de mesa. 



Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio 
De distinto tono y distinta temática es lo que sigue. Para animar una charla que más bien a todos nos ponía de mal humor comentamos la película que el día anterior habíamos ido a ver “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio”. 

Para empezar sólo uno de nosotros conocía bien al personaje, los demás no sabíamos qué esperar y por lo tanto no teníamos ninguna expectativa concreta de lo que la película tenía que aportarnos.  

Todos estuvimos de acuerdo con que la película era muy entretenida y los personajes, en especial Haddock, te hacían sonreír en más de una ocasión. También es cierto que la ausencia de personajes femeninos habían alejado un poco de la pantalla a Clara, pues se le hacía difícil simpatizar con tanto hombre.  

Así pues asistimos a una película de aventuras a la vieja usanza, entretenida y muy, pero que muy bien hecha. El apartado técnico, pues el guión  y el proceso de adaptación pueden gustar o no, es impecable. La captura de movimiento permite una excelente expresión en los protagonistas y tanto escenarios abiertos como detalles insignificantes estaban depurados obsesivamente. 


Una película entretenida y recomendable para ver en cine. Apta para todos los públicos, amén del chiste de zoofilia que los niños no captarán, y sin pretender pasar a los anales de la historia, “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio” hace pasar un buen rato. Palomitas en mano y sabiendo que se va a ver un Blockbuster taquillero que no marca al espectador y que, al fin y al cabo, tampoco lo pretende.

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